miércoles, 19 de diciembre de 2012

Arrepintiéndome si algún día de verdad te eché de más.


Me he acostumbrado a estar sin ti, a saber que el ruidito del whatsapp no vas a ser tu, que nadie de todos los que me griten llevarán tu nombre, que podré arrebatar el olor al aire pero nunca lo oleré de tu cuello. Los abrazos ya no existen en tu piel  tu saliva se ha esfumado de mi boca. Cualquier paso que de, cualquier camino que elija no me va a llevar a ti, y si lo consigo, juro que nunca te soltaré, porque habrá sido una de las batallas más largas que haya luchado y ganar es la mejor recompensa. Pero la pura realidad es que te he perdido, que solo las miradas se cruzaran por cosas del destino, que ni me miras ni te miro, ni me hablas ni te hablo, ni me agarras ni te agarro y así se me escurren los días mientras te voy echando poco a poco de menos, arrepintiéndome si algún día de verdad te eché de más.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Y hoy ya es demasiado tarde.


Alguien me dijo alguna vez que las comparaciones son odiosas, pero a cualquier sitio donde voy te encuentro escondido entre la multitud. Un simple gesto, una simple mirada, la cosa más tonta de sonreír o el sencillo ruido de una risa me recuerdan a ti. Y el aire es el cabrón que me trae tu olor en las noches de invierno, me agarro a los recuerdos, me atrapo en los pequeños momentos a tu lado y es como las olas del mar, que vienen y van las lágrimas rodando por mi cara. Si pudiese hablarte una vez más, mientras me miras a los ojos, te diría punto por punto todo lo que aquella vez el miedo a perder no me dejo decirte y hoy ya es demasiado tarde.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

En caso de extrañarme, rómpase el orgullo.


Si te acuerdas de mí de vez en cuando, si en algún momento me echaste de menos, si mientras me recordabas sonreías o cuando hablábamos hacías planes de futuro. Si tenías ese brillo en los ojos cuando te hablaban de mi o se te escapó mi nombre sin querer porque me escondía en tus pensamientos. Si soñaste conmigo alguna noche o simplemente me llegas a extrañar, aunque estemos enfadados, aunque no nos hablemos, aunque ni me mires, aunque ya no hables de mí, ni me recuerdes, rompe el orgullo y ven a buscarme, yo estaré aquí esperándote. 

martes, 4 de diciembre de 2012

Los imposibles no existen si se quiere algo de verdad.


Sé que estar así no sirve de nada, que las cosas tarde o temprano acaban pasando, para bien o para mal, pero pasan, yo debo ser un caso particular, me quedo estancada en el mismo charco una y otra vez. Todos los momentos que me quedo en silencio pienso en cada palabra dicha aquella tarde, voy recapitulando las cosas que hemos vivido, todo lo que nos hemos dicho y sigo sin entender nada. Una hora, dos horas, tres horas, no puedo concentrarme, la mesa llena de apuntes, de libros, hojas en sucio, borradores, los bolis tirados, el lápiz sin punta, no dejo de pensar en ti. Es de idiotas, cuando sabes que todo se ha terminado, pensar más de la cuenta en todos los pasos que podría haber borrado, en todas las cosas que podrían haber pasado, en todo lo que se ha esfumado con el aire y nunca llegará a pasar. A pequeños ratos necesito oír de ti, de lo que haces, de lo que dices, de donde andas, a donde vas, de donde vienes, me haces falta a pesar de no haberte tenido nunca, pero quiero echarte de mi cabeza, no quiero que sigas viviendo aquí dentro y no dejan de pasar como fotos en diapositivas esos pequeños momentos, tu risa de niño pequeño, joder, sal, fuera, adiós, he perdido la batalla, está bien, lo reconozco, no luché ni la mitad de lo que debía, me salí antes de esta guerra y he sido el perdedor, retrocedamos ochenta y siete días atrás y dejemos las cosas claras, sabemos como va a ser el futuro, ya es un punto a favor. Me dejaré de chorradas, porque ni puedo volver tiempo atrás, ni puedo hacer que vaya más rápido, volveré a meterme entre apuntes, a gastar la tinta de los bolis, a intentar no pensar en ti ni una vez más. ¿Que lo vaya a conseguir? Nadie a subido a la luna por una escalera ni atrapado a una estrella en mitad de la noche, como el Sol nunca le dará un beso a la luna, pero los imposibles, dicen, que no existen si se quiere algo de verdad.

sábado, 1 de diciembre de 2012

"Aunque me cueste reconocerlo, te quiero".


Y recuerdo la primera vez que me giré y te vi, reconozco que el alcohol en pequeñas porciones estaba en las venas de mi cuerpo, tengo que agradecerle muchas cosas, si no hubiese sido por él no te hubiese preguntado si la habías visto, otra vez estaba entre la multitud, pero no me preocupaba, seguí bailando, la música estaba alta, tampoco me sentía sola. Una presentación rápida, un par de palabras, nos marchamos, otro chupito más para el cuerpo, estaba cansada, me apoyo en tu hombro y ese olor, que te marca por un momento, que no se olvida, se clava dentro, inconfundible. Pasa el tiempo y las cosas no me van bien, la verdad, mi vida era toda un desastre y estaba cansada de llorar, día sí, día también por su culpa y tú, siempre ahí, estando o sin estar, pero ahí. Y pasa, que sin querer todo se acaba, porque dicen que algo nuevo empieza, por eso en la vida real no hay finales felices ni tristes, y en un banco, con frío en mi cuerpo, un vestido corto, el pelo hacia un lado del cuello, dolor de pies por culpa de los tacones, vuelvo a caer en la tentación de apoyarme en tu hombro, unas cuantas palabras claras, pero no concisas, ¿distancia? no, ya no había de eso y los labios se chocan, una y alguna que otra vez, una sonrisa tonta. Tumbados sobre la hierba, bajo la noche, no se si estrellada, no miré el cielo, solo veía tus ojos. Sí, todo iba bien, pero al llegar al final del camino sabía que quizás no había estado tan bien. Una noche entera sin dormir, solo recordando. Conversaciones tontas por las noches, indirectas nada claras, un corazón roto en el que poco a poco vuelven a unirse los pedazos con el pegamento de tus palabras. No, no quiero quererte, no quiero volver a hacerme daño, esta vez lo puedo evitar, bueno, eso creí. Cualquier camino que tomo no sirve para nada, y como no, una vez más tomo el inadecuado. ¿Arrepentirme? Sí, en muchos aspectos, no en muchos otros, solo sé que te enfadas, te enfadas y no entiendo el porqué, te pierdo, ¿para siempre? no sé, nunca creí en ellos. La realidad me golpea, varias noches sin dormir, la almohada es testigo de las marcas de alguna que otra lágrima, intento hacerme fuerte, me persigues hasta en sueños. Una, dos, tres, no sé, ya he perdido la cuenta de las noches sin dormir o maldurmiendo, recuerdo todos y cada uno de los momentos y todos los acabo con un, "aunque me cueste reconocerlo, te quiero".

martes, 20 de noviembre de 2012

"Un par de chistes malos y la conquistaré".


Se enamoró completamente de su sonrisa aquella tarde de verano, mientras ella dejaba la mochila en el suelo y se sentaba a su lado. Vaqueros cortos, una camiseta por dentro de ese pantalón todo deshilachado y unas Vans, rozaba la perfección para él. "Un par de chistes malos y la conquistaré" pensó, pero nunca supo que ya la había conquistado desde la primera vez que se miraron. Pocas veces antes habían hablado, pero era como si se conocieran de toda la vida y los días pasaban y siempre acababan juntos en aquel banco, una y otra y otra vez, la espera les unía, la espera de ver pasar la vida, días tras día. Él se enamoraba de ella cada vez que sonreía y aquellos ojos decían tanto, era perfecta, la quería a su lado, para abrazarla, para darle la mano, para levantarla cuando se cayera, simplemente para estar allí. Ella le quería, desde hace mucho tiempo atrás, desde la primera vez que le vio aparecer girando la esquina y sin querer sus miradas se cruzaron, por casualidad o no, quien sabe. Convertidos en adictos de todas aquellas largas conversaciones por las tardes y aunque no fueran la pareja perfecta, él tenía claro que la quería a su lado y ella era una loca enamorada. Sus ojos brillaban tanto cuando estaba a su lado, le encantaba esa sonrisa de niño malo acompañada de sus pitillos, skate en mano y sus Vans destrozadas, más que destrozadas. Hechos el uno para el otro, sin complejos, el claro ejemplo de que cada uno tenían las piezas que encajaban en sus puzzles y solo tenían clara una cosa, estarían juntos hasta la saciedad.

Pase lo que pase sonríe, que eso les jode.

He notado tu sonrisa algo cansada y poco a poco me doy cuenta que el brillo de tus ojos está desapareciendo. Hace días que no te ríes con fuerza y he observado que las lágrimas son tu compañía. No quiero verte así, ¿recuerdas nuestro pacto? Sonreír siempre a todos los problemas. Sé que este es el más difícil de todos, pero dime ¿a caso alguna vez ha sido fácil seguir adelante? Solo quiero que me mires, que busques la fuerza que tenías y que hoy te falta, que te muerdas el labio como de costumbre y sigas tu camino, sé que nadie te va a apartar de él y que puedes con esto y con más. Deja ya de gastar pañuelos mientras te pasas las tardes sentada en ese rincón de la cama, al lado de la ventana, llorando, como si todo se derrumbase, sin ver ninguna salida, no tiene ningún sentido seguir así, solo levántate, deja todos los miedos en ese rincón de las cosas malas y salta, salta todos los precipicios que te ponga la vida, todos los pozos, todas las piedras y pase lo que pase sonríe, que eso les jode.

Quiero que me prometas que nunca lo olvidarás, seguiremos bailando donde quiera que vayamos. Es como atrapar un rayo las posibilidades de encontrar a alguien como tú, es una entre un millón las posibilidades de sentir lo que siento contigo. Y con cada paso que damos juntos, poco a poco vamos mejorando. Las montañas no son tan altas, ni los océanos tan amplios, porque juntos o no nuestro baile jamás se detendrá. Deja que llueva, deja que truene, lo que tenemos vale la pena pelearlo.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Little Things.

Tu mano se ajusta a la mía como si estuviera hecha para mí, pero ten en cuenta que esto era algo que debía pasar. Estoy uniendo los puntos con las pecas de tus mejillas y todo tiene sentido para mí.
Sé que nunca te han gustado las arrugas al lado de tus ojos cuando te ríes, nunca te ha gustado ni tus muslos,   ni los hoyuelos en tu espalda por debajo de tu espina dorsal, pero yo los amo con locura. No dejaré que estas pequeñas cosas se escurran de mi boca, pero si lo hago, eres tú, a quien se suman ellas, estoy enamorado de ti y de todas esas pequeñas cosas.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Te haría entender que te quedaban demasiadas cosas por vivir.

Muchas veces me han dicho que si las personas se van de aquí es porque ya habían hecho todo lo que la vida les proponía, pero tú te marchaste demasiado pronto, nos quedaban muchas cosas que decir, tenía muchas cosas que contarte y los días pasan y te recuerdo a cada mínimo detalle que te hacia especial, que te hacia ser tú, que definía tus pros y tus contras, tus virtudes, tus defectos. No, no me acostumbro a estar sin ti, todavía tengo esa esperanza de pasear por esas calles y encontrarte así, de imprevisto, que me preguntes qué tal me va la vida, si por fin me he comprado amigos, si supe controlarme y no gritar cuando alguien me asustaba, cuando tú me asustabas, si donde esté me sigo pasando la vida en el baño y me resisto a salir a la calle los días de invierno. Soy una ilusa, porque pienso que cuando vaya algún día a verles a ellos tú vas a estar allí, con tus camisas, con tus polos, ese olor a tabaco que te definía perfectamente, tu voz grave, tus carraspeos de garganta. Y sigo teniendo la esperanza de que me vas a agarrar del brazo y yo saltaré porque me has pillado ese punto estratégico en el brazo que me hacia cosquillas y me daba calambres. Nadie me ha vuelto a agarrar, nadie ha conseguido que mi brazo temblase como lo hacías tú, nadie me ha pegado sustos como los que tú me pegabas, ni me han arrastrado cuando no quería ir a algún sitio. No he olvidado tu risa, ni todas las cosas que decías, no he olvidado tus gafas ya algo viejas, todas tus manías, las cosas que hacías para explicar en clase, los días de dudas antes de los exámenes. No he olvidado ninguna de tus camisas, ninguno de tus polos, ni ese abrigo, ni tus pantalones vaqueros, ni tus zapatos. Créeme, no lo he hecho. Yo solo quiero que vuelvas una vez más, que me escuches como lo hacías cada vez que te contaba mis cosas, porque aunque nos picásemos, siempre me has escuchado cuando lo he necesitado, en todos aquellos ratos de quince minutos que te daba la chapa junto con ella, siempre sabías sacar lo bueno de todo, de cualquier problema, de cualquier situación. Quiero abrazarte la última vez y es que si hubiese sabido que aquella vez sería la última que te vería, la última, te aseguro que te habría hecho entender letra por letra que te quería como a mi padre, que como tú no había otro, que te aseguro que has dejado a demasiada gente aquí que te echa de menos, que quiere volver a verte. Te haría entender que te quedaban demasiadas cosas por vivir y no era la hora de marcharte, no tan pronto.
Pero sé que donde quiera que estés vas a sacar miles de sonrisas, con tu forma de ser, con tus chistes, con tus frases, con tu risa, que vas a estar bien, que dejarás claro que nunca hace frío y que siempre se puede ir en mangas de camisa, que eres de aquella ciudad y lo serás siempre. Y recuerda, que nunca, nunca nadie podrá superarte, porque no hay otra persona que se parezca a ti, ni la habrá, que te voy a recordar siempre con una sonrisa, que te quiero y que como yo, muchos te echamos demasiado de menos.

martes, 13 de noviembre de 2012

Esa gran montaña rusa a la que llamamos vida.


Sí, que todos somos humanos, que nos han picado los mosquitos en verano, hemos intentado mirar el Sol y lo único que hemos conseguido es ver todo puntitos negros. De esos que después de muchos años todavía no sabemos que cara poner mientras nos cantan el cumpleaños feliz, que por mucho que lo neguemos nos encantan los buenos días de la persona que queremos. Y ya que reconocemos, no nos dejemos eso de mentir cuando te preguntan que tal estás, tú vida es una puta mierda, el día se derrumba, ya no hay por donde cogerlo y tú, tan tranquilamente sueltas, bien, estoy bien, ¿y tú?. Que hipócritas llegamos a ser a veces, pero vale más tragar que contar penas. Eh, que también existe esa fórmula de, es una historia muy larga y al fin y al cabo, tampoco la contamos. Seres humanos, de los que lloran con películas, que cuando escuchan canciones por la calle se sienten en plan videoclip, de esos que cuentan las horas que les queda para dormir y contabilizan el tiempo que tardan en la ducha a base de canciones. Sí, todos, sin excepción alguna somos expertos cantantes de ducha.
En todas estas líneas no diré ninguna mentira, porque hemos reído mientras llorábamos y hemos terminado llorando de risa, gritar porque sí, porque no aguantábamos más. Hemos matado a demasiada gente con solo una mirada y hemos imaginado historias perfectas con ciertas personas en cualquier momento de aburrimiento o habitualmente al irse a dormir. Al empezar a estudiar hemos contando y recontado cuantas hojas había y haciendo cálculos extraños, sumando y quitando espacios en blanco nos sentíamos mejor si salían menos páginas. Nos sentimos mejor si los demás tampoco han estudiado, nos basamos de bajones tontos, de días llenos de mierda y luego vuelven otra vez las buenas rachas, en las que todo es perfecto y somos capaces de comernos el mundo, pero solo son eso, rachas.
Que seremos diferentes en muchos aspectos, pero en muchos otros somos iguales y que hay ciertas cosas que son así y serán así durante el resto de los años, como aquello que el amor es ciego y que siempre duele ¿o a caso no es cierto?.

Cada pisada que dejas tiene más peso que la anterior.

Ese momento en el que miras atrás en el tiempo y ves como han cambiado las cosas sin apenas darte cuenta, como has dejado de lado jugar por las tardes en el parque con los amigos a hacerte amiga del ordenador y luego no separarte del móvil. Como recuerdas el primer chico que te gustaba, tu primer amor de verdad, algún que otro príncipe azul que te salió rana. Pasar de querer dormir con tus padres a querer dormir a su lado, vaciar la habitación de juguetes, llenarla de posters, quitarlos y poner fotos de tus amigos, de esos buenos momentos, de todas aquellas tardes y desaparecen las muñecas y los coches, solo hay libros, ropa, zapatos y todas esas fotos pegadas en la pared. Dejas atrás las preocupaciones de a que jugar en los recreos y es aquí donde empiezas a pensar en demasiadas cosas serias, utilizar las noches para estudiar y comprender porqué el café es un buen aliado. Rayarte la cabeza miles de veces, por él, normalmente, entender la letra de todas esas canciones que quizás llevas escuchando desde que eras pequeño. La amistad, la amistad como punto fuerte, olvidar el "enfadarse, pedir perdón, un abrazo y otra vez amigos", no, aquí está visto que si fallas, te jodes y lo arreglas de bien, no un perdón, varios y es entonces cuando aparece la confianza y nuestro gran aliado y compañero, el orgullo. Te das cuenta que los días no se recuerdan por el número, sino por las cosas que has vivido y que los años no se basan en el colegio y las vacaciones de verano, es mucho más que eso. Cada pisada que dejas tiene más peso que la anterior y por mucho que te guste o no, cada gesto que hagas puede ser a tu favor o en tu contra. Que si te das cuenta, los segundos pasan, el sol sale y la luna vuelve a aparecer, nada va a cambiar, dicen que el destino está escrito, pero lo único cierto aquí es que llega el día en el que el corazón se para y llegado a ese punto, no se puede jugar más.

domingo, 11 de noviembre de 2012

No voy a recordarte.

Para mí es hombre muerto, no lloro por él y no he tirado sus peluches a la basura, siguen encima de mi cama. Que cada vez que pase por su casa miraré su ventana como siempre, no le miraré a los ojos cuando le tenga a un par de metros de distancia y le odiaré por los malos ratos que me ha hecho pasar, le odiaré con toda mi alma por ser como es y no haber cambiado, pero no voy a recordar todo lo que he vivido con él, porque para mí todo eso murió hace ya un tiempo. Pero entonces pasa, que sin quererlo le ves y piensas "unos meses atrás iría corriendo donde él, le abrazaría y le besaría, hoy me limito a mantener la cabeza bien alta y la mirada firme, sin mirar ni un centímetro de su cara". Y es que si hubieses cambiado, ahora no estaríamos así, no seríamos desconocidos que se conocen perfectamente, no giraríamos la cara al vernos, no hubiésemos destrozado todos los planes que teníamos juntos, ni yo me habría quedado en ese banco llorando aquel día, ni tú te habrías marchado con un simple vale. Tu última palabra, la última palabra que me dedicaste fue un "vale". Si hubieses demostrado que me querías, todos los días, si te hubieses tragado el orgullo todas las veces que nos enfadamos, si todas las veces que me marché me hubieses agarrado, si te hubieses tragado tus putos celos, te aseguro que hoy seguiría a tu lado, pero no cambiaste ni una pizca, no luchaste con toda tu alma, hasta el final, en el punto en el que mis pies rozan el borde, el camino para marcharme y no volver, ahí fue cuando de verdad actuaste, cuando te tragas tu orgullo, cuando demuestras lo que sientes, lo que tendrías que haber demostrado todos los días que estuvimos juntos. Y créeme cuando te digo que quiero que seas feliz, pero no a mi lado, porque hoy tú estás mejor sin mí y yo estoy mejor sin ti.

martes, 6 de noviembre de 2012

El que se enamore, pierde.


Necesito que me expliques a que juego estamos jugando. No dices apenas nada, te callas, pienso que de verdad sientes, pero luego me arrepiento y vuelvo a pensar que juegas a tenerme cuando quieres, que cuando estás a punto de decir algo importante te arrepientes porque sabes que no es verdad y yo como una tonta vuelvo a caer, siempre caigo en este juego. No sé si salir corriendo o quedarme aquí un rato más, quizás algún día tenga que reconocer que esto es adictivo, quizás algún día, hoy no. Tampoco tengo claro si sé a que juego estoy jugando, pero sé las cartas que tiene mi contrincante y las mías tampoco están tan mal. Conozco las jugadas, ya es algún tiempo de práctica y sé, más claro que el agua, que es mejor retirarse a tiempo antes de perder la partida.

Donde nadie me encuentre, al final del infinito.


Buscar un hueco de paz entre la gente, allí donde pares tu mundo un momento. Sola ante el peligro, los miedos, antes los problemas, sola ante la vida. Allí donde nadie te encuentre, donde se escuchan tus pensamientos sin taparte los oídos, donde la verdad retumba en tu cabeza mil veces más fuerte que la mentira. Aquel lugar capaz de sacar los sentimientos más verdaderos que tienes y llorar sin que nadie te observe. Poder gritar ganándole ese juego al silencio, ganando todos los juegos que te propongas, todos los retos que vengan, todas las batallas que se crucen en tu camino. Buscar el agua igual que un pez, el sol igual que la flor más bella, dejar de tragarse mentiras, escupir verdades, ir con la verdad de frente aunque duela. Y quieran los demás o no, callar, porque a veces es lo justo, o simplemente lo necesario. Luchar, simplemente luchar por lo que quieres, por lo que de verdad te importa, aunque duela, aunque no sea lo mejor y haya mil opciones más fáciles, cueste lo que cueste, porque tienes el derecho o por lo menos la obligación de cumplir tus sueños. 

Ese lugar, allí, donde nadie me encuentre, al final del infinito. 

sábado, 3 de noviembre de 2012

Inconsolable.

Cierro la puerta unas cuantas veces, muchas veces antes han  sido filmadas como escenas repetidas cuando te dejé ir esa noche sin decir ni una palabra. Intento dormir, pero el reloj está pegado en los pensamientos entre tu y yo. Mil lamentos más desenredados, si estuvieras esta noche justo aquí, juro que te lo diría. Trepo las paredes, puedo ver el borde pero no acepto la caída. No quiero pasar un día más guardando esto dentro de mí, me está matando, porque todo lo que siempre quise está en ti y desearía poder encontrar las palabras para decir que cada vez que te vas soy inconsolable.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Historia de un sueño.


Perdona que entre sin llamar, no es esta la hora y menos el lugar, tenía que contarte que en el cielo no se está tan mal. Mañana ni te acordarás, "tan solo fue un sueño" te repetirás y en forma de respuesta pasará una estrella fugaz. Y cuando me marche estará mi vida en la Tierra en paz, yo solo quería despedirme, darte un beso y verte una vez más. Promete que serás feliz, te ponías tan guapa al reír y así, solo así quiero recordarte, así, como antes, así, adelante, así vida mía mejor será así. Ahora debes descansar, deja que te arrope como años atrás. ¿Te acuerdas cuándo entonces te cantaba antes de ir a acostar? Tan sólo me dejan venir, dentro de tus sueños para verte a ti y es que aquella triste noche no te dí ni un adiós al partir. Y cuando me marche estará mi vida en la Tierra en paz, yo solo quería despedirme, darte un beso y verte una vez más. Promete que serás feliz, te ponías tan guapa al reír y así solo así quiero recordarte, así como antes, así, adelante, así, vida mía mejor será así, solo así, seguir nuestro viaje, sé está haciendo tarde, tendré que marcharme, en unos segundos más va despertar.

martes, 30 de octubre de 2012


Y al deslizar tus dedos sobre sus dedos, se accionó el mecanismo de la perfección. Supo descubrir que era lo perfecto, quiso para el tiempo en ese instante, mientras sus labios se juntaban. Le quería, le quería con toda su alma, y él ¿qué decir de él? Un loco enamorado que daría todo por ella.
Él cura sus heridas con sus besos, donde ella siempre regresa, una y otra vez, que no hay mejor medicina que esa y ese momento exacto, lo puto mejor.

lunes, 29 de octubre de 2012

Te he perdido entre la gente, te he adorado y te he odiado y en el fondo sabes bien que en los peores momentos llevas dentro un ángel negro que nos hunde a los dos. Y cuando llega el nuevo día me juras que cambiarías, sí, pero vuelves a caer. Te dolerá todo el cuerpo, me buscaras en el infierno, porque soy igual que tú. Todo lo que siento por ti sólo podría decirlo así, todo lo que siento por ti sólo sabría decirlo así. Para viajar a otros planetas por corrientes circulares te dí una cápsula especial, pero ahora tu cabeza es una tormenta de arena y cada noche una espiral.

Por no luchar, se acabó marchando.

Podrá sonar egoísta, pero estoy mejor sin ti, sin tus celos, sin tus enfados. Estoy mejor sabiendo que yo no era la persona perfecta para ti, que tienes toda una vida llena de momentos por vivir. Siempre supe que de alguna forma u otra todo acaba y no me arrepiento de estar a punto de perder todo por ti, aunque descubrí la capacidad que tengo para perdonar y seguir dando oportunidades aunque no sean merecidas. He aprendido a tu lado lo que fue querer de verdad, el significado de echar de menos, de llorar como una niña pequeña muchas noches, de tragarse el orgullo una y otra y otra vez. En cualquier caso, de depender de alguien, alguien importante para ti, que poco a poco, te va defraudando. Conocí lo que es ser una persona cobarde, que no sabe enfrentarse a sus miedos, que solo sabe aferrarse a algo que al final se acabará marchando por luchar solo cuando ya habías perdido la mitad de la batalla. Puede que cada primero de mes por una u otra razón te recuerde, igual que lo hago de vez en cuando, cuando paso por todos aquellos sitios donde solíamos estar juntos, pero no te creas, ni te sientas importante, no lo hago siempre. Sé que estás mejor sin mí, que encontrarás a alguien que de verdad tenga esa pieza del puzzle que te falta, pero eso sí, tú deseaste que yo algún día sintiese lo que sentiste tú cuando todo terminó, hoy soy yo la que te desea que alguna vez te sientas como me sentí todo ese tiempo a tu lado, tocando el cielo, bajando a lo más profundo del suelo, llorando miles de noches, tragándome el orgullo, decidir si seguir adelante o parar ahí y cuando termines con todo, dejarle claro a la otra persona que por no saber arreglar todos sus fallos, nunca más volverás.

lunes, 22 de octubre de 2012

Que a mí con un "te quiero enana" ya me has ganado para toda tu vida.


Sí, he de reconocer que al corazón no se le puede engañar en eso del amor, que las mariposas existen y está científicamente comprobado, los celos las acompañan y las sonrisas tontas cuando te hablan van todo junto. Pero hay veces que el corazón se aleja de su dueño y no siempre la persona que se lo lleva le sabe cuidar bien. Yo no pido un príncipe azul de cuentos de hadas, básicamente porque esos no existen, ni tampoco busco al chico perfecto de toda peli ñoña, no. Las cursiladas son bonitas, pero al día de hoy tampoco me hacen falta y los besos en el cuello, he de admitir que son lo mejor que existe en esta vida. No te pido que me digas todos los días "buenas noches princesa", primero porque le he cogido repelús al "princesa" y segundo porque donde esté un enana o un pequeña, que se quite todo lo demás. No, tampoco te voy a pedir que me lleves el desayuno a la cama, me conformo con dormir a tu lado abraza, sintiendo tu respiración en mi cuello y al despertar, verte ahí, como un niño pequeño abrazado a mí. Eso de estar juntos todos los días está bien, muy bien, pero a mi eso de que me veas por la calle, vengas corriendo a besarme y te vuelvas a marchar con tus amigos, te digo yo que me enamora también más que suficiente. Eh, que también me olvido de hablar contigo todos los días, con que suene el móvil en el momento exacto y con las palabras exactas, no pondré ninguna pega, pero eso sí, siempre que tengas ganas de ti, apaga el móvil, no voy a parar hasta que me hables. ¿Celos? No, celos locos y absurdos, de esos que lo matan todo no, antes me tiro por un puente y se acaba antes, sí, que lo sé, unos celos así tontos es lo más bonito que hay, pero tontos, no exagerados. Y por último, yo no te pido que pases tu vida a mi lado, que te cases conmigo ni mucho menos, con que el tiempo que estemos juntos sea lo más bonito para recordar y me hagas feliz todos los días sin que apenas tú te des cuenta y se te escape más que de vez en cuando un te quiero enana, a mí ya me has ganado para toda tu vida.

Vuelvo a ser la estúpida que pierde una vez más.


Todos los días perdemos minutos, segundos, oportunidades insignificantes que pasan y nosotros ni siquiera nos damos cuenta. Somos de esos que no les gusta esperar, unos impacientes, no nos gusta perder, ni arriesgar, pero si nos gusta jugar. Somos extremos opuestos, encadenados por simples hilos con una lazada, pero incapaces de soltar. Y yo sigo siendo esa niña inmadura que de tanto esperar se cansa, que ve las oportunidades llegar pero luego nunca las aprovecha, tonta, sí, digamos que soy una chica tonta que por darlo todo, por dejarse llevar, por querer lo inalcanzable, por no luchar más de la cuenta, por rendirse demasiado y antes de tiempo, por ser una cabezota, una chica de ideas fijas, la que da a los demás todo lo que tiene, sin esperar a recibir nada a cambio, la que se ilusiona fácilmente, con todo, con nada, sí, me encariño rápidamente, de las cosas, de la gente, de los momentos de las canciones y en definitiva, siempre vuelvo a ser la estúpida que pierde una vez más.

sábado, 13 de octubre de 2012

Suena demasiado bien.


Parar el destino una vez más y darle la vuelta a todos los planes. Pasar de reír a llorar a carcajadas, de salir corriendo a enfrentarse a todos los miedos, cambiar un no por un sí, un "no puedo" por un "lo conseguiré". Llegar justo a tiempo antes de que la puerta se cierre y poder abrir una ventana más, saltar por un barranco y antes de llegar al borde volver al principio y saltar otra vez. Porque de todas las cosas que hagas, solo eres tú quien decide hacerlas y aunque es imposible ganar al destino, lo intento unas 42651051286432 veces más y me retiro.

Cuando te marches te diré que te quiero.


Última noche en la Tierra y tal vez no vuelva a verte jamás. Así que ven, abrázame, hagamos este momento solo nuestro, quiero sentir tu respiración en mi cuello, los latidos de tu corazón en mi pecho. Oler a ti cuando me aleje, saber que eres lo mejor que tengo y tendré en mucho tiempo. Necesito que me prometas que vas a sonreír pase lo que pase, que nadie te va a hacer daño, que eres fuerte para luchar contra todo lo que venga. Solo dame un beso de esos que rozan el cielo, que hacen ruido, que son perfectos y vuelve a abrazarme una vez más, por lo que pueda pasar. Cuando te marches te diré que te quiero, necesito saber que lo recordarás siempre, pase lo que pase y que por mucha distancia que nos separe, el corazón no cambia de opinión.

Jessie J.


Miro fijamente mi reflejo en el espejo, ¿por qué me estoy haciendo esto?. Estoy perdiendo la razón a causa de un pequeño error, estuve a punto de dejar mi verdadero yo en el estante. No pierdas a quien eres en la mancha que dejan las estrellas. Ver puede ser engañoso, soñar es creer, es bueno no ser correcto, a veces es difícil seguir a tu corazón. llorar no significa que has perdido, todos tenemos moratones, sé fiel a lo que eres, solo sé como eres.

Que nadie rompa tus sueños.


No dejes que acabe el día sin haber crecido un poco más, como tampoco dejes que se acabe sin haber sido feliz. No permitas que nadie rompa tus sueños, siempre se podrá luchar por ellos. Nunca dejes de creer en tus palabras, solo ellas te hacen fuerte en los peores momentos. Solo lucha por lo que quieres, haz lo que sueñas, toca el cielo mil veces y vuelve a bajar, serás un gran sabio si mientras tocas el cielo tienes los pies en el suelo.

No siempre al tropezar le sigue el levantarse.

A veces me gusta esconderme en un mundo lejano, imaginar que todo va bien, que no hay fallos ni malas pisadas. Que todos los días sale el sol y tiñe la ciudad de mil colores, que la lluvia no son gotas de agua que mojan, si no besos que acarician la piel. Y me gusta pensar que todo marcha sobre ruedas, que no hay contratiempos y que no tengo que aprender a bailar bajo la lluvia. Pero hasta en los sueños siempre tiene que haber algo que lo estropee, que te haga abrir los ojos y darte cuenta que existen los días grises, las lágrimas en la almohada, las caras tristes y los besos sin sentido. Que caer a un pozo profundo está a la orden del día y hay veces que la cuerda para salir te hace sangrar las manos. Luchar muchas veces cansa y rendirse puede llegar a ser un escudo de protección contra el miedo. No todos estamos hechos de hierro y a veces rectificar no es de sabios, como tampoco se puede aprender nada de los errores y no siempre al tropezar le sigue el levantarse. Y sí, a veces sonreímos al mundo solo para que él nos vuelva a sonreír.

viernes, 12 de octubre de 2012

Tengo ganas de ti.


Esta semana pensé en secuestrarte en mi casa, luego miraba tus fotos al irme a dormir. Quiero saber como eres saber qué te pasa y por fin, que me conozcas y que te enamores de mi. Nunca pensaste que fuera a encerrarte en mi casa, nunca pensé que pudiera yo hacerte esto a ti. Comprenderás que esta era la única forma de hacer, que me quisieras y no repetir otra vez. Todas las noches me acuesto y te busco en mi cama y tú nunca estás pero sé que mañana, ya nunca podrás olvidarte de mí. Voy a ser tu pesadilla de noche y de día, y tú me dirás "eres toda mi vida", no digas que no aún no has estado aquí.

jueves, 11 de octubre de 2012

Only girl in the world.

Quiero que me ames, que sigas pensando en mí haciendo lo que te gusta. Así que chico, olvídate el mundo, porque solo seremos tú y yo esta noche. Quiero hacerte rogar por ello y luego haré que te tragues tu orgullo. Quiero que me hagas sentir como si fuera la única chica en el mundo, como si fuera la única que alguna vez amarás, como si fuera la única que conociera tu corazón, la única chica en el mundo.

Tu último pensamiento; que el tiempo no para ni por ti ni por nadie.


El tiempo no va a parar por ti, la lluvia no va cesar cuando salgas a la calle, las canciones no van a parar para que entiendas la letra, el sol saldrá, pero la noche acabará volviendo. Los días no van a correr, ni van a ir más lentos, los relojes se pueden parar, pero eso no significa que el tiempo se haya parado.
Pasarás de ser un niño indefenso a ser el más fuerte, los primeros amigos, el primer día de clase, los enfados, los abrazos, las tardes en el parque, las Navidades perfectas, las noches sin dormir por tu cumpleaños. Te convertirás en adolescente y llegarán las tardes con los amigos, la primera chica, el primero beso, la primera vez. Dejarás de abrazar a tu madre y dormirte con ella en el sofá, te darán la típica charla si te ven con ella. Vendrán las rayadas, las preocupaciones, las noches sin dormir, unas por exámenes, otras por ir de juerga. Bajones, días perfectos, te comerás el mundo, te caerás a miles de pozos, te romperán el corazón, romperás corazones. Te caerás, te levantarás, porque ¿sabes qué? no te queda otra, sino acabarán pisándote. Te sacarás el carnet de conducir, pero antes le habrás pedido a tus padres que te diesen un par de clases. Todos los veranos tendrán una historia diferente, irás al gimnasio para ser un escándalo en la piscina, te marcharás a la universidad, tu madre te despedirá con lágrimas en los ojos y tu padre la abrazará fuerte. Te enamorarás perdidamente de ella, la querrás para ti, harás miles de locuras por conseguirla, seguirán las noches de fiesta, nuevos amigos, gente que viene, gente que se va, que se ha ido y en algunos casos, los peores, ya no volverán. Echarás de menos, te echaran de más, te querrán, otros en cambio te odiarán, te pegarás con un gilipollas de mierda, insultarás por esa borrachera que llevas encima. Un trabajo, una casa, un coche y ella en tu vida, os casáis, cumples los treinta, tienes uno, dos, puede que tres hijos, dejas de lado el sueño de comprarte un Ferrari rojo y te compras ese monovolumen para llevar a los niños al colegio. Te encontrarás con antiguos compañeros de clase, quedarás de vez en cuando con tus amigos de toda la vida. Se te estremecerá la piel cada vez que escuches esas vocecillas por las noches diciéndote "papá, papá, tengo miedo" y les abrazarás tan fuerte, pero a la vez con tanta delicadeza que te dará miedo que les pueda pasar algo. Caerás en la rutina de todo cuarentón, pero tú, serás guapo y seguirás estando bueno, eso lo tienes más que claro. Perderás a gente por el camino, cada vez y poco a poco a más, es algo inevitable y aunque duela, te haces el fuerte y sigues adelante. De vez en cuando la llevarás, los sábados sobre todo, el desayuno a la cama y las noches en las que los niños se duermen pronto haréis la noche toda vuestra. Pasarán los años, tus hijos se harán mayores, y se repetirá la historia otra vez. Dejarás de ir de vacaciones con ochenta trastos en el coche e iréis a un hotel en primera linea de playa, solos, ella y tú. Cambiarás el monovolumen por tu precioso Ferrari rojo, te jubilarás, cuidarás de tus nietecillos, les malcriarás comprándoles todas las mierdas que quieran y les dejarás saltar en tu cama mientras escuchas la voz de tus hijos diciéndoles que se bajen de ahí.
Las arrugas cubrirán todo tu cuerpo, sabrás que la hora se acerca, tarde o temprano llega ese momento, te despides, de todos, intentando no dejarte a nadie, no sabes cuando les volverás a ver. Y es en ese momento en el que tu corazón se para, el último suspiro, un único adiós y tu último pensamiento; que les echarás de menos y que el tiempo no para ni por ti ni por nadie.





-¿Es una costumbre tuya caerte de los sitios?
+Solo si tú vas a buscarme.

miércoles, 10 de octubre de 2012

¿En serio merece la pena guardar tu sonrisa en un cajón por ese idiota? No voy a decir que eres una princesa, porque no creo en los cuentos de hadas, pero te diré que vayas con la cabeza bien alta, nada de coronas, que son una verdadera cursilada, pero sí una gran sonrisa, de esas que iluminan el alma. Quizás tú no lo sepas, pero en cualquier momento, cualquier persona se puede enamorar de ella.

¿A ti nunca te han dicho que si es tuyo volverá?

-Tengo miedo.
+¿Miedo, DE QUÉ? Escúchame, hoy no voy a dejar que nadie te quite esa sonrisa tan bonita que tienes, ni pienso dejar que te hundas en el pozo más profundo que encuentres. Vas a dejar todos esos putos miedos a un lado y vas a saltar, conmigo o sin mí, eso da igual, pero vas a tocar el cielo y no con la punta de los dedos, lo vas a hacer con la palma de tus manos. ¿Y ves todos esos retos que tienes ahí esperando para hacerlos? Pues hoy los vas a hacer, uno por uno, y le vas a decir a tu madre que te has hecho ese tatuaje que tanto te gustaba en la espalda, a él le vas a decir que te gusta, desde la primera vez que le viste hace ya un par de años, que le quieres de verdad, que no puedes vivir sin verle aunque sea un solo segundo al día, que su perfume estremece tu piel y su voz, que decir de su voz, melodía para tus oídos. Vas a coger todas las cartas de esa persona que se ha ido y que ya no volverá más y las vas a romper, no, no estoy loca, las vas a romper, una por una, en el sitio más alto que encuentres, allí donde reine la paz, y cuando estén rotas en cachitos, las vas a tirar, vas a dejar que vuelen, todos y cada uno de esos cachos, sí, lo sé, es una locura, pero dime, que prefieres ¿leerlas mil veces, una y otra vez, todos los días y acabar llorando, llorando tanto que duele como el primer día o dejar que los cachos vuelen y allá donde esté le lleguen al alma? Créeme, en esta vida, a veces solo necesitas un gran empujón para pasar página y dejar de sufrir, aunque sea un poco. 
¿Te acuerdas de aquella vez que querías hacer paracaidismo? Estás de suerte, hoy lo vas a hacer, y me apuesto lo que quieras a que te acuerdas aquella vez que me dijiste que querías cantar delante de miles de personas, pues no se quien coño viene a cantar hoy a Madrid, pero tú cantas mil veces mejor, así que ponte guapa que te va a escuchar medio mundo. No grites, pero tienes una araña justo detrás, lo sé, sé que te dan miedo, pues te vas a girar y las vas a decir: "mira chata, tendrás más patas que yo, pero mido diez veces más que tú, así que lo siento, pero no puedo decir que un placer conocerte" y la vas a pisar, con todas tus fuerzas, con todas tus ganas. También sé que tienes miedo a perder, pero a veces perdiendo se ganan demasiadas cosas, muchas más de las que puedes pensar, ¿a ti nunca te han dicho que si es tuyo volverá? pues aférrate a eso, que es lo que cuenta. Eh, que sí, que me acuerdo que querías hacer miles de locuras, y hoy las vas a hacer todas, porque dime ¿de que sirve el miedo? De nada. Lo único que hace es frenarte cuando vas a hacer cosas que de verdad quieres, te hace perder oportunidades, dejar pasar trenes que luego nunca vuelven. Así que, prométeme que vas a dejar el miedo por ahí perdido y vas a comerte el mundo a bocados, porque ¿a caso el miedo alguna vez se preocupo por ti?. 

Una sonrisa falsa dedicada al espejo.

El día es gris, te despiertas, das vueltas en la cama buscando a ese príncipe azul que nunca llega, y das más vueltas, buscando alguien a tu alrededor, alguien a quien mirar y que sea la primera persona que se gane tus buenos días, tu primer beso después de toda una noche sin utilizar esos labios, un abrazo tierno, de esos que todo lo pueden. Sigues buscando, no hay nada, otra mañana más por reconocer que te quedan muchas por delante iguales a esta. 
Es que, el objetivo de sonreír a veces se hace más lucha que objetivo, te paras, lo analizas y piensas: joder, solo son un par de músculos, no es tan difícil. Te miras al espejo, no esta ahí, no ha aparecido esa sonrisa de niña buena que tanto le gusta. 
Coges el móvil, ni rastro de su presencia, ni un whatsapp de "buenos días princesa" o solo uno que diga "despierta dormilona, que ya te estaba empezando a echar de menos". Vuelves a mirar, lo miras, haces la letra más grande, más pequeña, la dejas igual que antes, miras su última conexión, la observas fijamente, la analizas y vuelves a la conclusión "ni rastro de él". 
Desilusionada abres el armario, un camiseta por aquí, mis pantalones favoritos y un jersey cualquiera, te maquillas, una sonrisa falsa dedicada al espejo y justo en el momento en que tus pies pisan la acera de la calle, la sonrisa de todos los días, esa que esconde todo aquello que guardas en casa. 
Llegar a tu destino y verle ahí, él si que sabe sonreír de forma diferente, sin problemas aparentes, natural como la vida. Sí, por fin sonríes tontamente, te encanta, te encantaría que él supiera que es el motivo de tus sonrisas, que se intrigara por todos los misterios que escondes, seamos sinceros, te encantaría un beso suyo, el cielo gris y unas cuantas gotas de lluvia. Pero dejando de lado eso de ser ilusos, hoy el día seguirá siendo gris, acabará lloviendo y te acordarás que te has dejado el paraguas encima de la mesa y toca pasearse bajo la lluvia. 

martes, 9 de octubre de 2012



¿Recuerdas aquella vez que te dijeron que estabas jugando con fuego? Al final terminaste quemándote, dejaste marchar a quien te quería y ahora solo te queda aprender a perder y ser feliz aunque los días estén nublados.  


Despierta dormilona, que ya te estaba empezando a echar de menos.


Quédate con el que te diga "despierta dormilona, que ya te estaba empezando a echar de menos" con ese que deje todo por ti, que te entienda sin palabras, que sepa lo que quieres con solo mirarte. El que no te llame princesa y te haga sentir como una de ellas, que te quiera cuando menos te lo merezcas porque será cuando más falta te haga. Quédate con aquel que antes de criticarte prefiere arreglar las cosas y dejar el orgullo a un lado, que te defienda por encima de cualquier pero, por encima de cualquier idiota, sobre todo, que te ponga el listón bien alto delante de todas aquellas personas que te quieren ver jodida y hundida. Nada de celos locos y exagerados, eso significa que confía en ti y de verdad. Quédate con aquel con quien compartes miles de sonrisas cómplices y miradas que lo dicen todo sin decir apenas nada. Con el que te demuestre que si de verdad te quiere te busca, por cielo, por tierra, por mar, no se cansa, te busca, te encuentra y entonces es cuando no te suelta. Pero sobre todo, quédate con el que no te diga millones de veces que te quiere y te lo demuestre a cada paso, a cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo, que te deje claro que para él siempre serás lo primero y lo más importante.

martes, 2 de octubre de 2012

Tontos hay en todos los sitios, pero muchos no merecen la pena.

Saber que en un segundo todo cambia, que las cosas más insignificantes pueden ser las más placenteras, que luchar a veces solo es hacerse daño y que morir es hacer descansar por un momento al alma. ¿Qué llorar es de idiotas? Más vale derramar unas cuantas lágrimas a tiempo que aguantarse las ganas, a veces hay que parar un momento, dejar todo de lado, pararse en frente del espejo y decir "basta, hoy quiero llorar hasta quedarme sin fuerzas" pero después, ser capaz de tirar todos los pañuelos usados, ponerte de pie, lavarte la cara y decir "ahora, puedo seguir mi camino y no dejar que nadie me lo arruine". Está demostrado que las personas que más te entienden son las que han pasado por lo mismo, que es más amigo el que te dice "a quien coño tengo que matar" sin que tú digas nada, o ese que justo antes de que te hundas en lo más profundo, te agarre fuerte y te diga "estoy aquí, justo detrás de ti, por si te caías". Y es que a veces tenemos más en cuenta los errores de la gente que todo lo que han hecho por nosotros, es demasiado cierto eso de que un error siempre irá por delante de mil aciertos. No sabemos ponernos en su lugar y comprender, ver como se sienten, lo que piensan y entonces tenderlas una mano o pegarlas una hostia para que reaccionen. Masocas, todos somos masocas, ¿quien no ha estado rayado y jodido y se ha escuchado todo el repertorio de canciones tristes que encontraba por youtube? Todos, todos sin excepción lo hemos hecho alguna vez, igual que al caernos con una piedra al final la hemos cogido cariño y hemos tropezado con ella tantas veces que ya pierdes la cuenta. Que la vida es eso que pasa mientras lees esto,  mientras ríes, mientras lloras, cuando te rayas, cuando sonríes, cuando explotas y luego lloras. Al pegar a alguien, al sentir los abrazos de las personas que quieres, cuando hueles su olor, mientras tu cuerpo está presente en un sitio y tu me mente está en cualquier otro. Quédate con lo bueno de las cosas, y recuerda, que las verdades siempre van por delante, que el que de verdad te quiere te creerá y confiará en ti y el que no lo haga, que le jodan, que tontos hay en todos los sitios y muchos de ellos no merecen la pena.

lunes, 1 de octubre de 2012

Con ganas de ser lo que un día fueron y nunca más serán.

¿Recuerdas la primera vez que nos vimos? La vida nos tenía preparados unos cuantos días juntos y luego nos volvería a separar, pero eso ni tú ni yo lo sabíamos. Empezamos como todos los demás, como simples extraños, en el momento justo en el que las miradas se cruzan y se corresponden con una sonrisa falsa, inesperada. Eramos incapaces de mirarnos, de hablar, de dejar de ser extraños. Y entonces, algo cambia, se acciona la pieza,  te haces parte de mi vida, un cachito de mi historia, la parte justa del momento exacto de una época dorada. Y un día, así de la nada, tus labios rozan lo míos, y sonrío, igual que una niña pequeña, igual que abrir todos los regalos debajo de un árbol de navidad. Tú, tan simple y tan sencillo, sin nada que mostrar, con poco que ofrecer, ¿y yo? yo locamente enamorada. Supiste hacer de mis días los mejores, aunque ahora no lo admita, cada día que terminaba, antes de dormir, pensaba que había sido perfecto gracias a ti, que esta historia nunca acabaría, terminaría callando todas esas bocas que decían que tú y yo nos alejaríamos, que terminaríamos como extraños. Pero no las callé, tú las ibas alimentando poco a poco, con tu orgullo fuerte, con tus celos locos, con tus ganas de vivir algo que esta vez no tocaba, con ganas de demostrar todo sin demostrar apenas nada. Entonces se rompe, se rompe todo en pedazos, en miles, en millones, en pedacitos tan pequeños que son imposibles de volver a juntar, el daño ya está hecho, algo irreparable.
Supiste hacerme princesa de un cuento, tocar el cielo, no con la punta de los dedos, sino con la palma entera de la mano, hacerme fuerte gracias a que tú estabas a mi lado, sonreír siempre, sin motivos, con ellos, con ganas, sin fuerzas. Pero como todo humano, los dos supimos fallar en este juego, caímos en el pozo, nos dejamos llevar, nos alejamos, nos tratamos como extraños, en un mar de decisiones, en ese momento en el que los caminos se separan, en ese instante en donde nada nunca vuelve a ser igual. Ahí, en nuestro momento de la historia, donde terminamos exactamente igual que empezamos, cuatro palabras tontas y dos extraños que se alejan con lágrimas en la cara, con ganas de gritar, con ganas de ser lo que un día fueron.

Date la vuelta y mira atrás.


He sabido alcanzar el vacío en la cumbre más alta de la vida, allí donde no queda nadie, ni las gotas de oxigeno son capaces de rozar tu boca y entrar por los poros de tu piel. Saber estar rodeada de gente y sentirse sola, es una gran capacidad que tiene la vida, esa que a veces te regala cuando menos lo necesitas o simplemente, cuando paras el tiempo, observas el momento y ves que nadie de los que te rodean te comprenderán solo una vez en esta vida. También supe alcanzar el cielo, mientras rozabas mi cuerpo, mientras tus manos se deslizaban por mi espalda, lentamente y todos y cada uno de los centímetros de mi piel se estremecían, sentía que nada podía ser más perfecto, que a tu lado la perfección existía.  Luego, supe tocar el fondo de cualquier océano, profundidades inigualables, allí donde el oxígeno tampoco llega, donde solo el agua te acaricia, donde ni los peces más raros se pasean, allí donde no queda nada ni nadie, solo oscuridad. He de reconocer que también caí en un pozo, de esos que no tienen salida, de esos que no existe ni el eco, en donde no salen las lágrimas para llorar, ni eres capaz de escuchar tus pensamientos, solo sientes el frío adentrándose en tu cuerpo y esas ganas invisibles de gritar que nada las calma. Sí, estuve en lo más alto y en lo más bajo que tiene la vida, ya que de rachas se vale ésta. Saber alcanzar todo lo logrado es cosa de sabios y ni ellos lo logran siempre, porque todo lo que se quiere, nunca se tiene. Cada paso que des para acercarte a tu destino, más kilómetros te pondrá la vida para no llegar, pero eso sí, cuando dejes de andar y pienses que todo esté perdido, date la vuelta y mira atrás, el camino que has dejado a tu espalda es demasiado largo y costoso como para pararse ahora y no llegar a la meta final que pone la vida. 

domingo, 30 de septiembre de 2012

El primero y el último.

Hay gente que pierde luchando y otra que lucha por lo perdido. Está la gente que quiere comerse el mundo y la que el mundo se les acaba comiendo. Están los que lloran por alguien y los que alguien les hace llorar. Y como no, están los que son felices por naturaleza y los que la naturaleza les hace felices. Están los locos que mienten, los mentirosos que se hacen los locos, los tontos de toda la vida y los que la vida les hizo tontos. Pero todos ellos luchan por ser felices,  por ponerle buena cara a la tempestad, por ser quien son, sin importarles el que dirán, por luchar por lo que quieren, no rendirse jamás, que lo más importante que tiene esta vida, saber levantarse después de cada caída, regalarles la mejor de las sonrisas a todos aquellos que preferirían verte llorando, levantarse de la cama y decir "hoy nadie me va a joder el día" y lo más importante, vivir todos y cada uno de ellos igual que si fuera el primero y el último. 

Que nadie rompa tus sueños.

No dejes que se acabe el día sin haber crecido un poco más, como tampoco dejes que se termine sin haber sido feliz. No permitas que nadie rompa tus sueños, siempre se podrá luchar por ellos. Nunca dejes de creer en tus palabras, solo ellas te hacen fuerte en los peores momentos de la vida. Solo lucha por lo que quieres, haz lo que sueñas, toca el cielo mil veces y vuelve a bajar, serás un gran sabio si mientras tocas el cielo tienes los pies en el suelo.


Llorar no siempre es de tristeza.


A veces me gusta esconderme en un mundo lejano, imaginar que todo va bien, que no hay fallos, ni malas pisadas. Que todos los días sale el sol y tiñe la ciudad de mil colores, que la lluvia no son gotas de agua que mojan, si no besos que acarician la piel. Y me gusta pensar que todo marcha sobre ruedas, que no hay contra tiempos y que no tengo que aprender a bailar bajo la lluvia. Pero hasta en los sueños siempre tiene que haber algo que lo estropee, que te haga abrir los ojos y darte cuenta que existen los días grises, las lágrimas en la almohada, las caras tristes y los besos sin sentido. Que caer a un pozo profundo está a la orden del día y que hay veces que la cuerda para salir, te hace sangrar demasiado las manos. Que luchar muchas veces cansa, y que rendirse puede llegar a ser un escudo de protección contra el miedo. Que no todos estamos hechos de hierro y que a veces rectificar no es de sabios, como tampoco se puede aprender nada de los errores y no siempre al tropezar le sigue el levantarse. Y sí, a veces sonreímos al mundo solo para que él nos vuelva a sonreír.

Hay veces que.


Puedo despertar empapada en lágrimas, sentir los ojos rojos, hinchados, sin fuerzas para ver la luz del día. Y levantarse de la cama, sentir que nada es como antes, que has perdido una parte de ti y no sabes donde. No tener ganas de comer, mirar la tele sin ver, oír música sin escuchar, hablar sin entender. Pararse en frente del espejo y no fijarse si hoy me veo bien o mal. Abrir la puerta, salir a la calle, querer comerse el mundo, no poder y él te come a ti. Empieza a llover, la ropa empapada, el pelo mojado, la cara manchada del rímel que ha terminado en las mejillas. Correr por correr, saltar para alejarse del mundo, gritar con las pocas fuerzas que quedan, llorar para que las lágrimas se junten con la lluvia y nadie se de cuenta. Y vuelves a dormir, queriendo que el día se acabe, que se quede en el olvido, que no vuelva a parecer, y dejar las marchas de las lágrimas en la almohada, intentar dormir, no poder, dar vueltas y más vueltas, te quieres morir, pero no puedes, y consigues acabar abrazada a Morfeo y dejas a la imaginación volar, solo esperas que salga el sol, y que el día de devuelva las fuerzas para luchar. 

Se puede ser feliz mientras el cielo está nublado.


Quiero enseñarle al Sol que puedo ser fuerte, pero que también me puedo hacer pedazos. Que llorar no siempre tiene que ser cuando las cosas van mal y que a veces reír es un escudo para no enseñarle al mundo que las cosas van mal. Que se puede ser feliz mientras el cielo esta nublado, que los feos pueden ser famosos y aclamados, que los guapos a veces no sirven para nada. Que llover puede resultar divertido, y que el Sol puede quemar. No quiero hacerme de piedra, quiero que el corazón siga sintiendo como la primera vez que latió. Y quiero que al morir sea con una sonrisa, y que haya vivido la vida disfrutando de cada día como si no hubiese un mañana. Que haya gastado mi tiempo con las personas que quiero y que me quieren. Y quiero demostrarle al mundo que no todo puede salir mal, que las cosas también son buenas cuando menos lo pensamos, que el amor duele, pero siempre llegará el que te haga sonreír día tras día, y que pase lo que pase, las huellas que hemos dejado aquí, se quedarán aquí y ni el tiempo las podrá borrar.

Será difícil, pero valdrá la pena.




Cuando ya no puedas más y las fuerzas se hayan ido, cuando el camino de ida es mucho peor que el de vuelta, mientras sonríes y por dentro te mueres, mientras lloras y solo el silencio te consola. Cierra los ojos, aprieta fuerte los dientes, saca el valor de donde ya no queda, cómete el mundo, sé feliz sin motivos, utilízalo como forma de vida. Besa despacio y perdona rápido, sueña despierto o dormido, mata los celos, prende fuego al deseo, échate a volar. Deja felicidad en todas las esquinas, abraza con toda tu alma, salta al vacío desde el sueño más perfecto, comete locuras a diestro y siniestro, hoy sí y mañana también, cambia todos los "no puedo" por "será difícil, pero valdrá la pena" y lo más importante, déjate llevar.