domingo, 1 de noviembre de 2015

Sonará esta canción otra vez y siempre nos hará sentir lo mismo.

Estaba escuchando una canción. Era una canción no muy vieja, de hace un par de años. Pero al escucharla he tenido una sensación rara, extraña, como si hubiese pasado mucho tiempo, como si todo hubiese cambiado por completo. Entonces me he dado cuenta de que no era el momento, si no la canción lo que me estaba haciendo pensar. 
Y ver que la gente de mi alrededor había cambiado en gran parte. Que he perdido a personas a las que un día llame familia, o con las que me sentía tan bien que nunca pensé que se fueran de mi lado. Que he llegado a querer tan fuerte que ha dolido, pero sobre todo ha dolido perder lo que un día creías que querías. 
Mientras iban sonando las notas acompañadas de palabras me he ido dando cuentas de todo lo que he perdido sin darme cuenta. De momentos perfectos que fueron, porque ya nunca más serán, y en ese instante no supe darme cuenta. De épocas que valían millones y otras que han sido como una cosecha mala de uno de los mejores vinos. 
Solamente era una canción, la letra no decía demasiado, pero el conjunto era bonito. Quizás ha sido eso lo que me ha hecho ver que he desperdiciado el tiempo con gente que no valía la pena y que ahora me da pena que los buenos momentos con otras personas se pasen tan rápido. 
Sonará tonto, pero nos hemos hecho mayores, hemos cambiado de compañías, de vestimenta, de peinado. Hemos "abandonado el nido" y ahora es cuando te das cuenta de que mamá y papá no eran pesados, que a veces se echan de menos sus charlas, que no está demás darles las gracias por cosas que antes ni lográbamos llegar a ver. 
Para cuando te has querido dar cuenta te has adentrado en la huerta en la que estás sembrando tu futuro. Te has vuelto detallista, has sabido echarle huevos a la vida, o a la sartén, y decir lo que pensabas sin miedo al que dirán. Has aprendido a defender lo tuyo, a defenderte a ti. A defender cualquier cosa que nos eche la vida, a ganar cualquier batalla por muy dura que parezca, por muy inesperada que sea, por muchas heridas que nos haga. Porque mala racha aprieta pero no nos ahoga. Siempre seremos nosotros, quizás algo más viejos por fuera, pero con el corazón acelerado de siempre por dentro.  
Y es que al fin y al cabo, cuando nos queramos dar cuenta, sonará esta canción otra vez y siempre nos hará sentir lo mismo, solo que llevaremos con nosotros un carrete de fotos más grande en la memoria y una caja más grande de recuerdos.