miércoles, 19 de diciembre de 2012

Arrepintiéndome si algún día de verdad te eché de más.


Me he acostumbrado a estar sin ti, a saber que el ruidito del whatsapp no vas a ser tu, que nadie de todos los que me griten llevarán tu nombre, que podré arrebatar el olor al aire pero nunca lo oleré de tu cuello. Los abrazos ya no existen en tu piel  tu saliva se ha esfumado de mi boca. Cualquier paso que de, cualquier camino que elija no me va a llevar a ti, y si lo consigo, juro que nunca te soltaré, porque habrá sido una de las batallas más largas que haya luchado y ganar es la mejor recompensa. Pero la pura realidad es que te he perdido, que solo las miradas se cruzaran por cosas del destino, que ni me miras ni te miro, ni me hablas ni te hablo, ni me agarras ni te agarro y así se me escurren los días mientras te voy echando poco a poco de menos, arrepintiéndome si algún día de verdad te eché de más.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Y hoy ya es demasiado tarde.


Alguien me dijo alguna vez que las comparaciones son odiosas, pero a cualquier sitio donde voy te encuentro escondido entre la multitud. Un simple gesto, una simple mirada, la cosa más tonta de sonreír o el sencillo ruido de una risa me recuerdan a ti. Y el aire es el cabrón que me trae tu olor en las noches de invierno, me agarro a los recuerdos, me atrapo en los pequeños momentos a tu lado y es como las olas del mar, que vienen y van las lágrimas rodando por mi cara. Si pudiese hablarte una vez más, mientras me miras a los ojos, te diría punto por punto todo lo que aquella vez el miedo a perder no me dejo decirte y hoy ya es demasiado tarde.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

En caso de extrañarme, rómpase el orgullo.


Si te acuerdas de mí de vez en cuando, si en algún momento me echaste de menos, si mientras me recordabas sonreías o cuando hablábamos hacías planes de futuro. Si tenías ese brillo en los ojos cuando te hablaban de mi o se te escapó mi nombre sin querer porque me escondía en tus pensamientos. Si soñaste conmigo alguna noche o simplemente me llegas a extrañar, aunque estemos enfadados, aunque no nos hablemos, aunque ni me mires, aunque ya no hables de mí, ni me recuerdes, rompe el orgullo y ven a buscarme, yo estaré aquí esperándote. 

martes, 4 de diciembre de 2012

Los imposibles no existen si se quiere algo de verdad.


Sé que estar así no sirve de nada, que las cosas tarde o temprano acaban pasando, para bien o para mal, pero pasan, yo debo ser un caso particular, me quedo estancada en el mismo charco una y otra vez. Todos los momentos que me quedo en silencio pienso en cada palabra dicha aquella tarde, voy recapitulando las cosas que hemos vivido, todo lo que nos hemos dicho y sigo sin entender nada. Una hora, dos horas, tres horas, no puedo concentrarme, la mesa llena de apuntes, de libros, hojas en sucio, borradores, los bolis tirados, el lápiz sin punta, no dejo de pensar en ti. Es de idiotas, cuando sabes que todo se ha terminado, pensar más de la cuenta en todos los pasos que podría haber borrado, en todas las cosas que podrían haber pasado, en todo lo que se ha esfumado con el aire y nunca llegará a pasar. A pequeños ratos necesito oír de ti, de lo que haces, de lo que dices, de donde andas, a donde vas, de donde vienes, me haces falta a pesar de no haberte tenido nunca, pero quiero echarte de mi cabeza, no quiero que sigas viviendo aquí dentro y no dejan de pasar como fotos en diapositivas esos pequeños momentos, tu risa de niño pequeño, joder, sal, fuera, adiós, he perdido la batalla, está bien, lo reconozco, no luché ni la mitad de lo que debía, me salí antes de esta guerra y he sido el perdedor, retrocedamos ochenta y siete días atrás y dejemos las cosas claras, sabemos como va a ser el futuro, ya es un punto a favor. Me dejaré de chorradas, porque ni puedo volver tiempo atrás, ni puedo hacer que vaya más rápido, volveré a meterme entre apuntes, a gastar la tinta de los bolis, a intentar no pensar en ti ni una vez más. ¿Que lo vaya a conseguir? Nadie a subido a la luna por una escalera ni atrapado a una estrella en mitad de la noche, como el Sol nunca le dará un beso a la luna, pero los imposibles, dicen, que no existen si se quiere algo de verdad.

sábado, 1 de diciembre de 2012

"Aunque me cueste reconocerlo, te quiero".


Y recuerdo la primera vez que me giré y te vi, reconozco que el alcohol en pequeñas porciones estaba en las venas de mi cuerpo, tengo que agradecerle muchas cosas, si no hubiese sido por él no te hubiese preguntado si la habías visto, otra vez estaba entre la multitud, pero no me preocupaba, seguí bailando, la música estaba alta, tampoco me sentía sola. Una presentación rápida, un par de palabras, nos marchamos, otro chupito más para el cuerpo, estaba cansada, me apoyo en tu hombro y ese olor, que te marca por un momento, que no se olvida, se clava dentro, inconfundible. Pasa el tiempo y las cosas no me van bien, la verdad, mi vida era toda un desastre y estaba cansada de llorar, día sí, día también por su culpa y tú, siempre ahí, estando o sin estar, pero ahí. Y pasa, que sin querer todo se acaba, porque dicen que algo nuevo empieza, por eso en la vida real no hay finales felices ni tristes, y en un banco, con frío en mi cuerpo, un vestido corto, el pelo hacia un lado del cuello, dolor de pies por culpa de los tacones, vuelvo a caer en la tentación de apoyarme en tu hombro, unas cuantas palabras claras, pero no concisas, ¿distancia? no, ya no había de eso y los labios se chocan, una y alguna que otra vez, una sonrisa tonta. Tumbados sobre la hierba, bajo la noche, no se si estrellada, no miré el cielo, solo veía tus ojos. Sí, todo iba bien, pero al llegar al final del camino sabía que quizás no había estado tan bien. Una noche entera sin dormir, solo recordando. Conversaciones tontas por las noches, indirectas nada claras, un corazón roto en el que poco a poco vuelven a unirse los pedazos con el pegamento de tus palabras. No, no quiero quererte, no quiero volver a hacerme daño, esta vez lo puedo evitar, bueno, eso creí. Cualquier camino que tomo no sirve para nada, y como no, una vez más tomo el inadecuado. ¿Arrepentirme? Sí, en muchos aspectos, no en muchos otros, solo sé que te enfadas, te enfadas y no entiendo el porqué, te pierdo, ¿para siempre? no sé, nunca creí en ellos. La realidad me golpea, varias noches sin dormir, la almohada es testigo de las marcas de alguna que otra lágrima, intento hacerme fuerte, me persigues hasta en sueños. Una, dos, tres, no sé, ya he perdido la cuenta de las noches sin dormir o maldurmiendo, recuerdo todos y cada uno de los momentos y todos los acabo con un, "aunque me cueste reconocerlo, te quiero".