Aunque estemos quietos, el mundo va a estar girando bajo nuestros pies.
Y aunque no tengamos la intención de hablar, un simple gesto basta para escribir todo un libro.
A veces una pisada en un campo lleno de nieve es el acto más valiente de toda una vida, por el simple hecho de haber dejado huella.
El momento en que saltas, mientras bailas en un bar lleno de gente, y la nada te sostiene, con el miedo que le produce al chico que está a la izquierda de que caigas fuerte y al poner los pies en la tierra te hagas daño.
Como el simple hecho de cruzar la puerta del portal y gritarte muy fuerte y muy adentro:
¡Hoy va a ser mi día!