lunes, 10 de abril de 2017

Apuntalado como en obras.

Me has dejado en ruinas y tú ni siquiera lo sabes.
Me intenté hacer la fuerte pensando que el huracán había pasado, que la vida después de todo me iba a sonreír. Que mentira. Tengo el cuerpo apuntalado por riesgo de derrumbe y tú no te haces ni la menor idea.

Salí corriendo, como si el ir más rápido me fuese a ayudar a escapar de esto, de la ira, de la rabia, de pasar la lengua por los labios como si fuese un limpiaparabrisas, pero de agua con sabor a sal.
Han pasado unos meses y me jode tener que admitir la capacidad que has tenido para destrozarme la vida, para convertirme en una persona miedica frente al amor. Yo, que siempre he sido feliz con las comedias románticas, que me ha dado igual querer a las personas, que nunca he pensado en la maldad oculta de la gente. Me gustaba vivir, me gustaba ser feliz y confiar en la gente, porque todo el mundo se merece una oportunidad (pero como me arrepiento de algunas).  
Mírame ahora, muerta de miedo pensando en que todo el mundo tiene detrás una espada, cuando eso sólo lo tenías tú.

Perdí, gente, días, momentos, ocasiones, oportunidades, todo eso que no vuelve por mucho que lo intentes recuperar. Se podría decir que incluso podía haber trabajado vendiendo cupones de la once de lo ciega que estaba, de lo ciega que me dejabas.
Y aun sabiendo que las cosas estaban mal, que se estaban empezando a notar las grietas, seguí ahí, en eso que creía eterno, porque ya sabes lo que dicen, que (a veces) el sufrimiento al final merece la pena. Que mentira.


Que estúpida y que inocente. Y mírate, tú haciendo como que no pasa nada, y me alegro, está claro que de todos estos meses, por no decir años, al final no te traté tan mal, por desgracia yo no tuve la suerte de no caer en tu sombra y convertirme en alguien que no era yo. Está claro que tú seguirás con tus mierdas, y suerte de quien las sepa comprender.

Mientras, sigo aquí, pensando en el momento en el que me empeñé en formar un nosotros, joder, en qué hora, y en que no encuentro obreros que me arreglen esta ruina que llevo dentro, pero por fuera, intento estar feliz, y sigo estando loca, aunque te joda. 

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